El elefante africano (Loxodonta africana) es el animal terrestre más grande del planeta, conocido por sus impresionantes orejas grandes que ayudan a regular su temperatura y su trompa multifuncional utilizada para respirar, alimentarse y comunicarse. Los machos pueden alcanzar hasta 3.3 metros de altura y pesar entre 5,000 y 7,000 kilogramos, mientras que las hembras son ligeramente más pequeñas.
Habitan en diversas regiones del África subsahariana, desde sabanas y bosques hasta desiertos y pantanos. Su dieta es herbívora, consumiendo hojas, corteza, frutos y pastos, lo que los convierte en una especie clave para el mantenimiento del ecosistema, ayudando a dispersar semillas y modificar el paisaje.
Los elefantes africanos viven en estructuras sociales matriarcales, lideradas por la hembra más vieja, conocida como matriarca. La comunicación entre ellos es sofisticada, utilizando sonidos de baja frecuencia que pueden viajar largas distancias.
Sin embargo, enfrentan amenazas significativas debido a la caza furtiva por el marfil y la pérdida de hábitat. A pesar de ser una especie protegida, sus poblaciones han disminuido considerablemente en las últimas décadas. Los esfuerzos de conservación son cruciales para asegurar su supervivencia, enfocándose en la protección de su hábitat natural y la lucha contra el comercio ilegal de marfil.